Debate Tech & Society «¿Puede Europa ayudar a tender puentes entre EE.UU. y China en la gobernanza de la IA?» con David Rennie
Aspen Institute España, en colaboración con Fundación Telefónica, celebrará el jueves, 4 de septiembre, la segunda sesión debate de la IX Edición del Programa Tech & Society titulada «¿Puede Europa ayudar a tender puentes entre EE.UU. y China en la gobernanza de la IA?». La sesión contará con David Rennie, editor de Geopolítica en The Economist y será moderada por José M. de Areilza, Secretario General de Aspen Institute España. La sesión será en ingles y tendrá lugar en el Espacio Fundación Telefónica (C/Fuencarral, 3. Madrid).
Dos gigantes —Estados Unidos y China— están inmersos en una competencia por el futuro de la inteligencia artificial (IA). Su rivalidad está alterando los mercados tecnológicos y las cadenas de suministro. Es posible que esta disputa divida al mundo en bloques que adopten diferentes estándares, normas políticas y filosofías de gobernanza de la IA. Un tercer actor, Europa, espera ser algo más que un espectador impotente, y enfrenta decisiones difíciles sobre el equilibrio que desea lograr entre la regulación y el fomento de la innovación. Para complicar aún más las cosas, no hay consenso sobre la naturaleza de esta competencia en IA.
La visión más alarmante presenta la competencia por la IA como una carrera armamentista, similar a la pugna por adquirir armas nucleares. En esta versión, Estados Unidos y China compiten a toda velocidad por desarrollar tecnologías transformadoras, como la Inteligencia Artificial General, que podría otorgar dominio global al ganador. El vicepresidente J. D. Vance ha pedido relajar los controles de seguridad de la IA, para que Estados Unidos no pierda esta carrera armamentista y termine «esclavizado por una IA mediada por la República Popular China».
Otra perspectiva sostiene que la IA es más parecida a internet. Según este modelo, la prioridad de China es desarrollar una versión de la IA que sea al mismo tiempo poderosa y completamente controlable por el Partido Comunista Chino. Así como China construyó su propia internet detrás de un Gran Cortafuegos, la legislación china establece que los modelos de lenguaje de gran tamaño de la IA no deben permitir contenido que «dañe la unidad del país y la armonía social». China se siente cómoda con algoritmos que abrazan la censura estatal y la vigilancia, y con enfoques para perfilar a sospechosos criminales que serían inconstitucionales en muchas democracias occidentales. Los emprendedores tecnológicos chinos ven oportunidades para vender estas tecnologías favorables al autoritarismo en todo el mundo.
Por último, hay quienes argumentan que la ventaja de China radica en su capacidad para adaptar nuevas tecnologías a usos comerciales y desarrollar aplicaciones prácticas, como si la IA fuera más parecida a la electricidad: una fuerza transformadora que dará lugar a nuevas industrias, servicios públicos y herramientas de gobernanza. En esta forma de competencia, la IA será el combustible que impulsará la disputa entre dos modelos rivales económicos, industriales y políticos.
Si esta competencia va a terminar de forma segura y productiva, será necesario alcanzar algún tipo de consenso entre las principales potencias. Un optimista podría presentar a la Unión Europea como bien posicionada para ayudar a moldear ese entendimiento común. Como superpotencia regulatoria con una influencia considerable, al ser el último gran mercado de consumo abierto del mundo, la UE se sitúa a medio camino entre el individualismo y la toma de riesgos de EE.UU. y el control estatal asfixiante de China. Fue pionera en la gobernanza de la IA con la Ley de IA (AI Act), y su enfoque regulatorio basado en la precaución y los valores busca generar confianza entre ciudadanos y consumidores inquietos. Un escéptico, sin embargo, señalaría que Europa carece de campeones tecnológicos en IA propios y está bajo presión para relajar la regulación con el fin de atraer inversión extranjera.
David Rennie
David Rennie es editor de Geopolítica en The Economist y autor de la columna The Telegram. Se unió a The Economist en 2007. De 2007 a 2010 fue corresponsal en la Unión Europea y columnista de “Charlemagne”, con base en Bruselas. De 2010 a 2012 fue editor de política británica y columnista de “Bagehot”, en Londres. En el verano de 2012 se trasladó a Washington D. C., donde fue columnista de “Lexington” entre 2012 y 2017, y jefe de la oficina en Washington entre 2013 y 2018. Desde 2018 hasta septiembre de 2024 fue jefe de la oficina en Pekín y columnista de “Chaguan”. Anteriormente, formó parte del equipo de corresponsales internacionales del Daily Telegraph, con destinos en Sídney, Pekín, Washington D. C. y Bruselas. En 2010 ganó el premio “Reporting Europe” otorgado por UACES/Thomson Reuters. La Asia Society concedió el Premio Osborn Elliott 2023 a la Excelencia en el Periodismo sobre Asia a David Rennie y Sue-Lin Wong por su cobertura sobre China.
IX Edición del Programa Tech & Society
El Programa Tech & Society se ha convertido en el principal foro en España para la reflexión acerca de las grandes cuestiones planteadas por los avances de la tecnología digital. La IX edición albergará a distintos líderes de todos los sectores de la sociedad civil para debatir acerca de los nuevos retos tecnológicos y su influencia en ámbitos tan diversos como las relaciones humanas, la política, la educación, la cultura, la economía o la medicina.