Aspen España Fellows

La convivencia en democracia se sustenta en el diálogo. Cuanto más profundo ese diálogo, más rica la democracia y sólida la convivencia. Aspen Institute España es para mí ese espacio de diálogo en profundidad que a menudo se echa a faltar en la sociedad española. Una suerte de isla que, conversación a conversación, seminario a seminario, se va convirtiendo en un archipiélago de intercambios, con vocación quizá de ser el germen de un continente de respeto mutuo.

Aspen España es un foro extraordinario que reúne a personas con mentalidad abierta procedentes de varios sectores para debatir sobre cuestiones complejas. Estas interacciones te retan a reflexionar de manera diferente con profesionales con los que normalmente no tendrías la oportunidad de debatir. Aspen España es un regalo en una sociedad cada vez más polarizada.

Aspen es un espacio de comunicación en el sentido más genuino del término. Un foro para compartir visiones del mundo y de la vida. Una pausa en el "ruido" de la sociedad de la información en la que se piensa, debate y aprende de lecturas y de los otros. Un espacio desde el que se estudia el pasado y se analiza con inteligencia el presente, con el objetivo de que el diálogo y la razón dejen como legado un buen futuro basado en valores democráticos.

Para mí, Aspen es una osadía, porque nada de lo que hace “se lleva” hoy. Es un lugar en el que uno puede reflexionar en alto sin temor a acertar y, sobre todo, sin temor a equivocarte. Donde hay tiempo para escuchar, y para hablar más allá de 144 caracteres. Un espacio para ser provocado intelectualmente y respetado personalmente. Un espacio para conocer a gente de muy distintos ámbitos con un interés común de construir y trabajar por tener un país mejor. Un auténtica osadía de la que siento enorme honor de hacer parte.

Aspen España es un regalo. Un lugar donde aprendo a reflexionar y aprendo a dialogar. Salgo de los seminarios de Aspen España con más dudas y más contradicciones de las que entré. Con amigos que no lo hubieran sido en cualquier otra circunstancia. Aspen España es, para mi, lo contrario de perder el tiempo. Es, como he dicho, un regalo que ha cambiado mi manera de enfrentar los retos colectivos que tenemos como sociedad.

En un mundo cada vez más polarizado es reconfortante encontrar un remanso de paz donde pensar, expresar opiniones, intercambiar, debatir, con una gran libertad, sabiendo que uno estará escuchado, respondido, a veces puesto en cuestión, pero con la tranquilidad de que este debate se quiere abierto, constructivo y en todo caso con la búsqueda del bien común en la mente. Para mi, Aspen va más allá que el puro debate, es un llamado a la acción para participar activamente en la vida pública con un espíritu de colaboración, respeto y compromiso con los valores que nos unen como comunidad.

Formar parte de Aspen España es un reto, el reto de entender, de escuchar, de opinar y sobre todo un reto de reflexión. Aspen España es para mí un espacio intelectual multidisciplinar en el que debatir con serenidad sobre temas controvertidos, que se prestan a interpretaciones a veces contradictorias, defendidas con argumentos sólidos por personas con una enorme capacidad de análisis. El Seminario en Ronda fue mi primer desafío Aspen. Lo recomiendo siempre que puedo, sobre todo en el ámbito corporativo en el que trabajo, porque también los valores transatlánticos deberían guiar las decisiones empresariales.

Pausa, escucha y motivación son mis hallazgos en Aspen España. Están en las lecturas, los diálogos y las personas que participan en encuentros destinados a romper el prejuicio para descubrir lo común: nuestras dudas. Aspen España proporciona un entorno de sosiego y confianza para hacerte preguntas y buscar respuestas. En definitiva, para aceptar la complejidad de lo humano, nuestra imperfección y la necesidad del vínculo personal.

Mientras las instituciones ilustradas que tardamos siglos en construir se tambalean, para mí, Aspen España se ha convertido en el principal espacio no sólo de diálogo humanista y racional, sino incluso de proselitismo cívico y democrático. Un espacio que también tiene vocación de canal y hoy, de nuevo imprescindible, de puente. En Aspen España reflexionamos juntos personas que jamás votaremos lo mismo, intercambiamos textos e ideas, recomendamos libros, aprendemos, nos presentamos contando qué animal nos gustaría ser, un martín pescador, por ejemplo, y también nos queremos. Cada cual lo hace a su manera, compartimos una filosofía y unos objetivos, mejorar nuestro mundo desde el conocimiento, la ciencia, la tecnología, la cultura, y lo hacemos al estilo de los viejos socráticos.

Aspen fue, en su día, un auténtico descubrimiento para mí, o más bien, un redescubrimiento. Me permitió volver a recuperar a autores clásicos con una perspectiva nueva y disfrutar del debate sosegado, la conversación profunda, en un entorno tan propicio como la Real Maestranza de Ronda. Los seminarios de Aspen han sido para mí una oportunidad de desaprender hábitos y costumbres adquiridas en un mundo en el que prima la cultura de la inmediatez , así como volver a darme la oportunidad de escuchar y reconocer las virtudes de las opiniones ajenas. La experiencia fue totalmente gratificante y supuso un cambio en mi manera de afrontar las relaciones, tanto personales como profesionales, aparte de una excelente oportunidad para conocer gente interesante que se han convertido en referentes.