27 junio 2023
V Edición del Seminario Aspen-Cañada Blanch: «Liderazgo y Valores en Europa»
Por: Aspen Institute España

Aspen Institute España y la Fundación Cañada Blanch celebraron la V edición del Seminario Aspen – Cañada Blanch sobre «Liderazgo y Valores en Europa», con el apoyo de la Secretaría de Estado para la Unión Europea y de la iniciativa “Hablamos de Europa”. Veintisiete jóvenes líderes de entre 21 y 35 años provenientes del sector de la empresa, el periodismo, la política, la ciencia, el sector sanitario y las artes se reúnen en el Parador de El Saler (Valencia) para debatir sobre los retos políticos, morales y sociales del presente. El Seminario fue moderado por Marian Ahumada, profesora titular de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Madrid y Aspen España Fellow, y Lara Jiménez de Parga, profesora de Filosofía del Derecho en la Universidad de Barcelona y Senior Design Researcher.

Basándose en el análisis de textos clásicos y contemporáneos de la filosofía política y la literatura, el seminario comienza debatiendo sobre la empatía – la que ejercen no solo los líderes sino la sociedad como conjunto. El relato Un señor muy viejo con unas alas enormes (1968) de Gabriel García Márquez inaugura el debate sobre el trato a los distintos conforme al interés o el rechazo que suscitan. El interés por el ángel caído se desvanece rápidamente cuando llega al pueblo la mujer tarántula, con la que puede empatizarse más, anota el narrador. Los participantes lo relacionan con la existente crisis de atención en el seno de las sociedades desfondadas por el rápido ritmo de la hiperglobalización: unos conflictos se sienten más cercanos, más propios; y a pesar de que todos constituyen un quiebro de la vida en común humana, es difícil sobrepasar el sesgo que, puede que basado en el interés o un instinto de supervivencia, radica en los diferentes tratos y soluciones que se plantean para los mismos.

Este instinto es sin duda el que prima en un mundo cada vez más polarizado entre las potencias autoritarias y las liberales. Tras la primera sesión de debate, se celebra un coloquio ente Pedro Rodríguez, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas y Aspen España Fellow, y José María de Areilza, secretario general de Aspen Institute España y Cátedra Jean-Monett ESADE, sobre los grandes retos geopolíticos de nuestro tiempo y el papel que España – especialmente ahora que inaugura su turno de presidencia del Consejo europeo, puede jugar a nivel comunitario y global.

Los ponentes comentaron cómo la presidencia española se desarrollará en un momento en el que urge definir la gran estrategia de la Unión Europea para afrontar las grandes rivalidades geopolíticas, dado que por su posición geográfica, política y económica se arriesga a quedar orillada entre los polos inestables de América y Asia. La posibilidad para ello radica en que Estados Unidos aún no se ha curado de la lacra nacional-populista que desde 2016 viene marcando el fin del siglo americano y su primacía política. Estados Unidos continúa siendo una sociedad profundamente polarizada. El año 2024 puede traer una victoria y nuevo mandato de Donald Trump que desbarate la relación transatlántica en su momento más crítico desde la Guerra fría. El frente atlántico no está para nada asegurado.

Al este, ambos ponentes señalaron durante el debate, la Unión tiene que lidiar no solo con la invasión rusa de Ucrania – y el delicado asunto de proporcionar a Ucrania armas para su defensa aun corriendo el riesgo de que se utilicen en maniobras ofensivas en territorio ruso – sino con el reto del acercamiento sino-ruso, un reto geopolítico de mayor calado. China presta especial atención a lo que sucede en Europa del Este y aprovecha la situación de aislamiento de Rusia para acercarla a su órbita y volverla dependiente; todo ello con visos a sus propias ambiciones expansionistas en el Estrecho de Taiwán.

Otro de los puntos que se señalan es que el mundo hacia el que transitamos empieza a situar la seguridad como prioridad máxima tras haber constatado la invasión de Ucrania el fracaso del sueño liberal de interdependencia económica. Pocos casos había de colaboración más estrecha y necesaria en términos geoeconómicos que la de Rusia con la Unión Europa: principal cliente de materias primas; principal suministrador de combustible; en ello se basaba la ostpolitik pacifista que durante generaciones ha dominado la política germánica. Vladimir Putin no consideró que la Unión Europea en bloque fuera a sacrificar sus importaciones de gas y crudo si llevaba a cabo una invasión de Ucrania; como no consideró la Unión Europea que Rusia fuera a arriesgarse a una maniobra que podía ponerle al resto del continente en contra y privarla de su principal comprador.

En este sentido, la cuestión de China también aparece durante el debate. La Unión Europea tiene en China un importante socio comercial y tecnológico y las repercusiones de una invasión de Taiwán, aunque distante geográficamente, pondrían sin duda a la Unión en una situación con semejanzas a la de Ucrania.En la región del Asia Pacífico, donde la interdependencia con el gigante asiático tiene una enorme importancia, los distintos actores regionales están volviendo a priorizar la seguridad por encima de la economía, o más bien, reforzando una seguridad que saben no garantizada por la mera existencia de una interdependencia económica. Los ponentes trazaron los grandes cambios que esto ha generado a nivel geoestratégico: Japón y Corea del Sur, enemigos históricos, estrechan sus lazos; Filipinas se abre a tener de nuevo una presencia militar aliada en su territorio, lo que es significativo en un país que se ha reconstruido sobre las cicatrices de la ocupación nipona durante la Segunda Guerra Mundial; y Australia refuerza su militarización con la compra de submarinos de propulsión nuclear.

Es evidente que a nivel geopolítico se está produciendo una reconfiguración de las placas tectónicas del escenario internacional, con el riesgo de alumbrar un mundo cada vez más hobbesiano, en estado de desorden permanente. Como se comenta durante las sesiones del Seminario, vuelven a relucir las tres causas que Thomas Hobbes en su Leviatán (texto que analizan los participantes) argumentó conducen al enfrentamiento: la inseguridad, la competencia, la gloria – que hoy traduciríamos por las visiones imperialistas de un Putin ebrio de historia zarista y de un Xi Jiping obsesionado con revertir “el siglo de la humillación” que pesa sobre China –.

En este contexto, durante el debate y las sesiones se emplaza a que España utilice su presidencia de turno del Consejo para afianzar a la Unión como un actor geopolítico en este mundo turbulento, avanzando en el concepto de la autonomía estratégica. En particular, se resaltan las oportunidades que tiene España de convertirse en un puente entre ambas orillas del Atlántico y permitir así a la Unión Europea actuar como un actor geopolítico de mayor calado en Latinoamérica y el Caribe, una región en la que tanto China como Rusia han aumentado su influencia y que Estados Unidos, más preocupado por los sucesos del Asia Pacífico, está descuidando.

Tras un momento de mutación geopolítica como este, temas como la sostenibilidad y la justicia intergeneracional corren el riesgo de volverse secundarias. Estas también son cuestiones de importante calado en el que es necesario un liderazgo político basado en valores. En el seminario se trata el conflicto generacional a través de la obra de Eurípides, Alcestis, provocando un debate sobre qué se deben unas generaciones a otras, y cómo lidiar con la creciente brecha generacional – abismada especialmente en los países occidentales, cada vez más envejecidos.

Uno de los temas más relacionados con esta cuestión es la de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático – un debate que requiere amplitud de miras y “luces largas”. Muchas veces, éstos son ignorados no sólo porque los desbanquen de la agenda asuntos urgentes, sino por conveniencia y voluntad de ignorar una realidad incómoda. Los participantes del seminario toman esto último como la principal metáfora extrapolable del cuento de Ursula K. Le Guin, Los que abandonan Omelas, donde el pueblo idílico de Omelas vive conscientemente de espaldas a la tragedia de un niño abandonado en el sótano sobre cuya desgracia se construye toda la prosperidad de los demás. Se menciona no solo como metáfora de las contradicciones éticas de las sociedades del consumo, sino también como de los contrapuntos de la globalización y de la propia agenda ecologista: el “norte global”, que se industrializó gracias a la expansión de los imperios coloniales que extraían materias primas del “sur global”, es ahora el que impone límites a la hora de extraer y quemar combustibles fósiles a los países descolonizados, que los necesitan para un rápido fortalecimiento de sus economías y de sus sociedades. Notan los participantes que los países que contaminaron para obtener una primacía socioeconómica son los mismos que no dejan contaminar ahora a los emergentes.

Aunque no es el propósito del seminario alcanzar conclusiones unánimes, sino enriquecer el debate con ideas, los participantes sí concuerdan en la necesidad de que los líderes políticos, económicos y sociales promuevan una agenda que se centre en estos temas, no desatendiendo los importantes retos y amenazas del corto plazo sino integrando la solución a los mismos dentro de una estrategia holística que no olvide el largo plazo. La presidencia española del Consejo puede ser un momento de enorme oportunidad para intentarlo. Así, cerrando con la carta que mandó John Adams a su mujer Abigail desde París mientras se hacía la Revolución americana, los participantes coinciden en que no debe promoverse una división de trabajo generacional (guerra, la primera; economía, la segunda; artes, la tercera; como pretendía Adams). Los complejos retos a los que se enfrenta nuestro mundo requieren que una amplia variedad de disciplinas y perspectivas queden integradas, actuando en sinergia.

Los participantes cierran así un seminario de dos días en el que, dejando de lado el ajetreo de sus rutinas y sus vidas profesionales, consiguen debatir sobre temas de enorme trascendencia, ponderando distintas opiniones y visiones de pensamiento. El seminario permite, como señala un participante, “escuchar y debatir para comprender, no para convencerse”. Parten de la experiencia habiendo además formado nuevos vínculos profesionales y personales, y siendo ya parte de la comunidad de alumni Aspen España.

El Seminario contó con el apoyo de la Secretaría de Estado para la Unión Europea y la iniciativa Hablamos de Europa.

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