La mirada de Antonio
Por Román Gil y José M. de Areilza
Hoy hace un año nos dejó Antonio Hernández-Gil, Fellow de Aspen España y fundador del Programa de Justicia y Sociedad Civil. Nos acordamos continuamente de él: nada resta el dolor de la ausencia, pero su manera de pensar el mundo y de mirar a los demás se ha hecho muy presente y nos ayuda en nuestro día a día. A tantos nos enseñó a mirar, en la mirada está el derecho, decía.
Antonio era un ilustrado y un hombre de acción, las dos vertientes del modelo de ciudadanía que fomenta Aspen para construir juntos el bien común. Aspiraba como jurista a cartografiar el atlas de un mundo difícil, antes de que fuera demasiado tarde, y a buscar “la salida del laberinto en que malvivimos”. Sobresalía por su amplísima cultura, sorprendía por su timidez, destacaba por la pasión y la eficacia con la que luchaba por la justicia. Su integridad era tan natural como la luminosa y casi perenne sonrisa que portaba. Encendía la luz cada vez que intervenía en un debate al defender el valor universal de la dignidad humana y subrayar los deberes que a todos nos conciernen en su defensa. Era muy significativo el silencio y la atención con el que se le escuchaba alrededor de la mesa, a la espera de que desgranara sus ideas y perspectivas, meditadas y expuestas con veloz energía y el trazo preciso del mejor arquitecto de discursos. Con generosidad, escuchaba a todos, antes de compartir avenidas del pensamiento, autores, obras. Rechazaba la erudición y entendía el pensamiento como la primera herramienta a la hora de progresar como sociedad democrática. Se refugiaba en la música y en la filosofía, y practicaba ambas con maestría.
En Aspen Institute España nos hemos propuesto caminar a hombros de este amigo gigante, continuar su labor de articulación y movilización de la sociedad civil, contribuir a perpetuar su ejemplo y su memoria. A finales de febrero celebraremos la quinta edición del Seminario Aspen dentro del Programa Justicia y Sociedad Civil, cuyas lecturas preparamos cuidadosamente con él hace más de un año. A partir de ahora, cada vez que tenga lugar una actividad de este Programa, será un homenaje a Antonio Hernández-Gil, entre los muchos que merece.